Historia de Castellanos de Moriscos

Hemos de remontarnos al siglo XIII, concretamente al 14 de enero de 1212, para hallar la primera noticia documental referida a Castellanos de Moriscos.

Según ella "D. Sancho, arcediano de Medina, deja a la iglesia de Salamanca sus viñas en Castellanos" Mientras viva pagará una renta para el aniversario a sus padres y a su muerte se cumplirá la donación.

El Obispado de Salamanca, por su parte, custodia otro documento de aquella época, en el que aparece lo siguiente: "noticia de este lugar con el nombre que hoy conserva, (consta) en instrumento del año 1218. Es cabeza de beneficio y tiene 96 vecinos."

Vamos ahora con un interesante y curioso documento del 15 de abril de 1244, del Archivo Catedralicio antes mencionado, que afecta a varios pueblos de La Armuña. En cuanto a Castellanos de Moriscos, éste es su corto texto en latín:

"Notum sit universis quod nos dominus Martines, divina patientia episcopus, et capitulum salamantinum, dividimos mensam nostram quantum ad panem et vinum per menses et assignamus:.Septembri; medietatem decimationum ecclesie Sancte Marie et oblationis panis cocti eiusdem ecclesie et medietatem, V kafices tritici de Turra et medietatem venearum de CASTELANOS et X morabetinos, et a die Sancti Marci incipiunt colligere oblationem."

En síntesis, es una composición entre el obispo de Salamanca, D. Martín, y el cabildo, por la que parten las heredades de la mesa episcopal y capitular, mes por mes, en cuanto a pan y vino. Septiembre correspondió a Castellanos. Constan también en el mismo documento Palencia (abril) La Vellés (mayo), Abarcoso, Narros y Carbajosa (julio), Babilafuente (agosto), etc.

Y tenemos, por último, en cuanto al siglo XIII se refiere, un documento más, de fecha de 7 de julio de 1289, autorizando por el notario don Alfonso Domínguez, que constata la compra de Juan Yuste, en nombre de Diego Fernández, arcediano de Alba y de Salvatierra, a Domingo Asensio, de Castellanos de Moriscos, y a su mujer María Domingo, de una tierra en dicho pueblo "con entradas et con salidas, livre et quieta" por 36 maravedís "de la moneda blanca de la guerra".

La particularidad del anterior documento estriba en ser el primero que contiene el nombre completo del pueblo, al que denomina "Castellanos de Moriscos" (sin la "s" final).

Las primeras noticias sobre su iglesia, segun se recoge del libro "Documentos para la Historia del Arte de la provincia de Salamanca", hallamos el 20 de Septiembre de 1520, según el cual Francisco Sova fue contratado para hacer diversas obras en la capilla mayor de la iglesia de Castellanos de Moriscos. Unos 45 años después, Juan Gutiérrez hizo arcos y portadas para la misma iglesia, falleciendo al poco tiempo. El importe de los trabajos lo cobró su viuda María Mercedes, ante notario, el 23 de septiembre de 1568.

Damos un salto. Nos vamos a los años 1604-1629. El "Libro de los lugares y aldeas del Obispado de Salamanca" nos deleita con una novedad. Llama al pueblo que estudiamos "Castellanos de Armunia" y dice sobre él:

"Este lugar tiene ciento y cincuenta vezinos, la iglesia de Sant Estevan, de cantería, no bien tratada, está obscura, y tiene una esquina muy mala, la qual tiene asi por que quieren hazer en ella la torre para las campanas y ay precisa necesidad respecto que en la una parte del lugar no se oyen, ahora tiene esta iglesia un retablo de talla que a muchos años que lo tiene a su cargo Juan de Guerta, escultor, vezino de Salamanca, y no a traído los saltos de bulto que faltan, ase llevado muchos dineros este escultor acostumbrado a poner quien saque la fabrica y se a llevado estos años atrás la renta, merece este escultor en todas las obras de esta iglesia assi de su officio como de cantería, quedóles mandado no le den mas dinero sin verso con V.Sª y asimismo que dentro de un mes se ajusten de quenta con él y que le compelan a traer las figuras que está obligado.

La fábrica de esta iglesia (vale) 26 mil maravedis y gástalos todos con este retablo y reparos, tiene necesidad de una casulla de raso morado, llana, que les mande la hiziesen sin bordadura con su pasamanito de oro por la cenefa y asimismo unos gualdapolbos y amitos y cóngulos y tres aras.

El beneficio curado vale 300 ducados, es del Collegio de Sant Bicente de Salamanca.
Aquí ay un préstamo que monta 10 mil maravedís, que posee un romano, a provisión del mes en que vacare.

Ay una media ración que posee otro ausente y vale cient ducados, a proveer del mes en que vacare.

Aquí ay una capellanía que tiene Estevan Ronco, vezino de Moriscos, con dos missas cada semana, vale 1.500 maravedís de renta, es a proveer de parientes.

Aquí ay una hermita, nueva, de Sant Roque, bien tratada y con su imagen de bulto dorada.

Ay un humilladero en este lugar, sirve este beneficio un frayle bicentino de quien hubo buena relación.

Aquí ay un hospital, pobre y mal reparado, tiene de renta, de tres a tres años, tres mil maravedís, mandelo reparar y hazer una cama".

Hasta aquí su relato sobre Castellanos de Moriscos, que él llama "de Armunia". Se deduce que en su epoca no estaba hecha aún la torre de la iglesia, aunque se iba a hacer y que había una ermita de Sant Roque, un humilladero y un "hospital, pobre y mal reparado" ¡Ah!, y contaba el pueblo con 150 vecinos, que no está mal.

CASTELLANOS DE MORISCOS A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

Nada fidedigno volvemos a saber hasta transcurrido algo más de un siglo, con los valiosos y variados datos que nos proporcionan las Respuestas Generales a las 40 preguntas confeccionadas por la autoridad del Marqués de la Ensenada, respuestas dadas por los reunidos al efecto en Castellanos de Moriscos el día 21 de julio de 1.752, personas "de la mejor conducta, conciencia y expedición, que ofrecieron decir verdad en lo que supieren y les fuere preguntado", según consta, con sus nombres, en el encabezamiento del acta extendida al efecto.

Veamos un extracto de su contenido.

El pueblo, "Lugar", se llamaba Castellanos de Moriscos, es decir, igual que ahora, pero sin la "s" final de "Moriscos", y era propio de Su Majestad el Rey. Describen los reunidos, en leguas y partes de legua, las distancias aproximadas de su término, y dibujan en tinta, al margen del documento, un plano o croquis del mismo, en pequeño tamaño, de 3 x 2 centímetros aproximadamente, en el que se remarcan claros "dientes de sierra" por sus vientos de levante (Pedrosillo el Ralo y la alquería de Hortelanos) y poniente (Villares de la Reina). Al norte situaban el término de San Cristóbal de la Cuesta, y al sur o mediodía el de Moriscos.

Las calidades de la tierra eran primera, segunda y tercera para trigo, cebada, viñas y pastos, y sólo primera para las cortinas o herren.

Las Guindaleras en Castellanos de Moriscos.

A través de referido texto de respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada , las alusiones a estas plantas perennes van a ser frecuentes, pero no referidas a campo sembrado de guindos o guindales sino más bien a una planta o arbusto así llamado que al parecer se daba en forma silvestre y sin orden alguno en varias fincas o lindes de fincas.

Así, al contestar la comisión a la pregunta 4ª del interrogatorio del Marqués de la Ensenada relativa a los productos de la tierra, menciona por primera vez las "guindaleras", al decir que en el término se dan las especies de trigo, cebada, centeno, viñas "y algunas guindaleras en parte de la tierra de sembradura"; y al contestar a la 7ª, sobre las tierras en que están plantados estos árboles, dice que "en diferentes heredades de vecinos y hacendados forasteros". Luego añaden que están plantados "sin orden, según se han producido".

A las "guindaleras", se refieren otras contestaciones como "pies de guindaleras" y dicen los comisionados, en cuanto a su producción, que no pueden pronunciarse "porque están plantados sin orden y con suma irregularidad por lo pequeños que son y lo mucho que sus ramas se extienden", lo que confirma que no se trataba de guindos propiamente dichos, sino de arbustos o plantas pequeñas aunque de la misma familia de las rosáceas.

El término medía entonces 3.000 huebras (más o menos como en la actualidad), divididas así en cuanto a producción: 2.250 para trigo y cebada, 4 de cortinas, 520 para centeno, 120 de viñas, 3 de "guindaleras de muy corta utilidad", y las 103 restantes de pastos. Tenemos, con ello, una referencia más y muy concreta a las guindaleras, cuya extensión calculaban en un total de 3 huebras, lo que no está mal si se trataba de arbustos sueltos.

El cántaro de vino mosto (si, vino mosto, así figura) de 32 cuartillos costaba dos reales y medio, un cordero 5 reales, un cerdo 6, LA ARROBA DE GUINDAS 4, un becerro, llegando a diezmo, 35, una mula lechuza 60, una potra o potro 40 y un pollo un real.
En lo que se refiere a los diezmos, primicias y otro impuestos, nos remitimos al estudio general del tema en relación a todos los pueblos de La Armuña, si bien cabe resaltar que también en este apartado aparecen las peculiares "guindaleras" que, incluidas en el grupo de "diferentes diezmos menudos" (contestación a la pregunta 16), eran objeto del correspondiente impuesto a cargo de los vecinos.

Actualmente, al este del pueblo, hacia el término de Gomecello y como a un kilómetro, hay un lugar que llaman "La Guindalera", pero sin guindales ni arbustos que se le parezcan. Es lo único que recuerda la existencia en Castellanos, hace 250 años, de tan peculiar planta, de la que no hay mención siquiera en los demás pueblos de La Armuña.

Siguiendo las Respuestas Generales, había en aquella época dos hornos de cocer pan, uno de Antonio Mesonero y otro de Benito Esteban, que traían la leña de un lugar a cuatro leguas de distancia ¿No sería de la Torre Moncantar? Es posible.

El ganado existente en el pueblo consistía en bueyes, vacas, erales, añojos, ovejas, carneros, corderos, yeguas, mulas, jumentos, jumentas y ganado de cerda.

El pueblo tenía 101 vecinos, incluidas 19 viudas. No había casas de campo ni alquerías. Su casco urbano lo componían 103 casas con morador; de ellas, 101 de vecinos del pueblo y dos de vecinos de Salamanca. Además, había 27 casas cerradas, 8 arruinadas, 33 pajares y 24 solares.

Como propios del Común (Ayuntamiento) contaba con dos casas, una para concejos y otra para carnicería, y un corral para encerrar el ganado. También había un pósito de pan para 300 fanegas de trigo. El pueblo arrendaba el agostadero (espigadero) al mejor postor, como ha ocurrido siempre, siendo ésta su principal fuente de ingresos. Los gastos se limitaban a lo que le pagaban al cura y al sacristán por aniversarios y misas.

No faltaban lugares para la diversión, el gasto y el consumo. Así, había una taberna "de vino tinto"que explotaba Manuel López y pagaba "de sisa" (impuesto municipal) 1.500 reales de vellón al año; una carnicería que tenía Antonio Salgado, por la que pagaba 200 reales de sisa; una abacería de Francisco Sánchez, que pagaba 330 reales; y una casa mesón propia del Convento de Religiosas de Santa Ana, de Salamanca, que explotaba Jerónimo Esteban y pagaba al año 100 reales de vellón.

Había un cirujano sangrador, que cobraba 10 celemines de trigo por vecino, 5 a las viudas y nada a los pobres; un vicario y un escribano "fiel de fechos" que también ejercía de "agrimensor" (medidor de tierras).

Otros oficios completaban la actividad de sus vecinos: un herrero (Blas Martín), dos tejedores, (Miguel Gallego y Francisco Madruga, éste último que también hacía de sacristán), tres sastres (Juan Andrés, Francisco Benito y Jerónimo Esteban), tres zapateros (Francisco Prieto, Benito Rodríguez y Joseph del Rey) y dos albañiles (Francisco Esteban y Anselmo Tejeda).

Había 32 jornaleros, que trabajaban unos 120 días al año, a dos reales cada día, 38 labradores, 3 guardas, uno para cerdos, otro para vacuno y otro para "panes" (para el campo). Carecía este pueblo de pobres de solemnidad, y completaba su vecindario el cura párroco, Francisco Antonio Díaz Monge.

Cien años después, hacia mediados del XIX, la evolución de Castellanos era regresiva. Madoz nos dice, como novedades, que tenía como agregada la alquería de Ibandiez (sin más datos, alquería de la que no ha quedado rastro alguno, y nos ofrece un Castellanos de Moriscos con sólo "72 casas mezquinas" (pequeñas), una ermita, a medio cuarto de legua (unos 700 metros) del Cristo de las Batallas, y en el centro una laguna "bastante limpia", asignándole tan solo 2.501 huebras que producían trigo candeal, mocho y rubión, cebada, centeno, granos menudos y pastos, con una población de 70 vecinos y 312 almas.

También nos dice que en su término tiene su origen el arroyo Aldealama, del que hablamos en otro lugar.

Sorprende el descenso de población. De 150 vecinos a principios del siglo XVII se bajó a 101 a mediados del XVIII y a 70 un siglo después. También el de las huebras de su término, que pasaron de 3000 a 25000, aunque estos datos no son del todo fiables.

(Del Libro de Francisco García Gonzalez: LOS PUEBLOS DE LA ARMUÑA)

Salamanca, 2.004

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